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Devolución frente a SMVD+P – Pascal Amphoux

Tres lecciones: una sobre cada uno de los sitios

Devolución frente a SMVD+P

Pascal Amphoux

El material presentado en el Seminario permite una crítica al sentido etimológico del término. No para decir si los proyectos están bien o mal sino para plantear algunas preguntas.

Varela: Después de escuchar las presentaciones, me quedé con la sensación de que no habíamos encontrado toda la potencia de la noción de passage. Y sin embargo, había una gran calidad en cada uno de los proyectos. Cada equipo había privilegiado una escala en los cuatro proyectos presentados. De ese modo, ofrecen una calidad extraordinaria de reflexión porque atravesamos todas las escalas.

Uno, con las huellas en el montaje que había en el hall de la Facultad, la microintervención. Otro, con una presentación sobre el gran parque, un esquema muy formal de la escala de la gran parcela. Un tercer proyecto se apoya sobre los grandes equipamientos estructurantes. Y un cuarto, sobre la multipolaridad: la ciudad se hace metrópoli y tiene una red de centros.  Es la gran escala.

Pero claro, esta caracterización es una caricatura. En cada uno de los proyectos estaban presentes todas las escalas. Pero si pudieran continuar el ejercicio, sería interesante que cada uno pudiera desarrollar más de lo que no tiene. Por ejemplo, el de la microescala la más grande y viceversa. Primera lección entonces: hacer passage es articular escalas.

Malvín Norte: Ofrece una gran calidad de desarrollos. Los dos proyectos insisten sobre la articulación de las escalas. Hay un éxito muy logrado en la representación, es una característica de la producción de la facultad pero también hay un éxito en la conceptualización. Parque de la Memoria, la isla, las conexiones de todo tipo –no solamente los entrelazamientos. Eso resulta particularmente interesante. Si hay algo que hace del passage un espacio público es la idea de fricción. Vamos a crear passages  reforzando la paradoja de abrir más cuando cerramos.

Entre la forma espacial y el motivo hay una diferencia. Motivo significa, tanto en francés como en castellano, forma geométrica y motivación. Cuando se genera sensación, frotamiento, debate, se genera comportamiento, espacio de encuentro social. Lo interesante de la isla no es la forma sino el motivo.

Segunda lección: hacer passage es pasar de la forma al motivo.

Casavalle: Las presentaciones ofrecen mucho desarrollo en el detalle pero con una idea general, ofrecen una agenda operativa. El equipo que desarrolló una presentación con videos me dejó una excelente impresión. Los testimonios recogidos entre quienes participaron no reflejaban su condición de estudiantes sino la de habitantes. Me quedé elaborando sobre la forma original de tomar la implicación de habitantes con el proyecto.

Ese tipo de representación ofrece una alternativa a desarrollar en nuestra disciplina. La presentación del video viene al principio, es un insumo que ayuda a formular el concepto del passage en lo teórico. La confrontación entre los diferentes discursos –habitante, servicios técnicos municipales, decisores políticos– ordena la realización del proyecto; permite verlo de otro modo. Significa implicación, no solo participación. Se combina el urbanismo reglamentario con el urbanismo negociado. El primero, en el sentido normativo del término, que normaliza, torna aséptico y reduce a lo técnico sus preceptos. El segundo, no en el sentido de un regateo, sino en el de la definición de los desafíos del proyecto urbano como puesta en debate de tres tipos de actores cuyas tareas están habitualmente separadas: la de quien tiene un mandato electoral, la de quien concibe el espacio y la del usuario.  Tercera lección: hacer passage es pasar del programa a la agenda operacional.

En general, quisiera subrayar algunos ejes que acompañan la noción de passage: hay una articulación de las escalas. Hay un motivo más fuerte que la forma –aunque la forma es una tentación a la que es difícil escapar, inclusive dentro de nuestro propio grupo. No todas las formas son passages. Lo son cuando hay una hibridación. La distinción se da entre la dimensión funcional –para qué sirve, en el sentido funcional del término–, la dimensión social del uso –cómo nos servimos, las prácticas sociales, interacciones, movimientos o comportamientos colectivos– y la dimensión sensible –en el triple sentido: sensorial, dirección, semántico. Por ejemplo, con algo que pasa, que genera una pausa y otro uso que el mínimo de paso, y una variación de lo estético y lo sensible. Y hay una agenda operacional de las diferentes situaciones.

La última reflexión es sobre el método del seminario. La energía desplegada fue particularmente impresionante. Había tenido experiencias en consagrar una semana entera a un seminario en talleres intensivos, a veces con los alumnos, y sobre un terreno exterior. Entonces, hacerlo en la propia ciudad de la Facultad fue para mí una experiencia inédita. El clima de competencia, casi de concurso, fue estimulante porque tomaba la idea de concurso en un sentido en parte etimológico. Concurso no en el sentido de parar al otro, sino en el de correr (-curso) juntos (con-). Lo había visto en algunas experiencias profesionales, en Europa, en ciertos procedimientos competitivos como las contrataciones de definición en Francia o los mandatos de estudios paralelos en Suiza, o inclusive otros concursos organizados en el marco de la manifestación Passages; pero la experiencia con estudiantes, con la mezcla de géneros y palabras que vimos en Montevideo me pareció muy singular. Hubo una verdadera mezcla. Mezcla de géneros y palabras, extranjeros y locales, políticos, jefes de servicios técnicos, alumnos y profesores. Todos con igualdad de palabra. Sin relación formal entre quien enseña y quien aprende, entre quien concibe y quien decide, sin jerarquía. Aquí hay materia para la reflexión sobre la práctica ordinaria. Hay implicación, más que participación. Una expresión espontánea o «negociado» sobre un proyecto, no condicionada.

Muchas veces la participación es difícil de llevar o distorsiona las prácticas. Frase confusa. Será ¿llevar a cabo?, ¿y la idea es que participar distorsiona las prácticas?  Aquí se implican mutuamente ciudadanos-visitantes, quienes tienen el oficio de concebir el espacio y quienes tienen el rol de decidir. Aquí dialogan de otro modo que con el sistema habitual. Si los convocamos con diferentes métodos no hablan del mismo modo. Cada uno se pone en el lugar del otro, pero cada uno con su rol.

El ciudadano no se pone en juez de un proyecto, sino que aporta su comprensión del lugar. Brinda un insumo básico para la concepción arquitectónica. Claro, el ciudadano habitante no estaba presente, era el estudiante quien jugaba ese rol.

Podemos terminar la reflexión sobre el método del seminario MVD passage jugando con la palabra sentido. En francés como en castellano, tres significados: sensorial –luz, sonido, tacto–, dirección –la muerte es un passage, no vamos a pasar en un sentido y en otro– y por último,  semántico.

5 de Noviembre de 2015

Categorías: Passages