El IVM integrará una mesa redonda en colaboración con CIHE, el CMLab-UC de la Pontificia Universidad Católica de Chile y miembros del Istituto Nazionale di Urbanistica (INU) de Roma.
La misma se centra en el tema de la planificación y organización de la movilidad a partir de la inminente llegada de las nuevas tecnologías.

De esta manera, los espacios de la movilidad estarían frente a un gran cambio en términos de nuevas fuentes de energía, nuevos tipos de propiedad de vehículos –bajo el concepto todavía ambiguo pero sin embargo cada vez más presente de la economía compartida-, nuevas formas de conducir, combinadas con soluciones basadas estructuralmente en el transporte público y una atención creciente a una mejor infraestructura para fomentar la movilidad activa.

La lógica detrás de esas tendencias es variada: razones ambientales, cuestiones de salud relacionadas con la calidad del aire y formas de vida sedentarias, y nuevas políticas urbanas. Gobiernos e industrias están explorando incentivos y desarrollando, con distintos grados de éxito, nuevas formas de mover personas y bienes.

Sin embargo, así como a principios del siglo XX una de las principales preocupaciones en las ciudades era el olor de la bosta de caballo, y pocos planificadores podrían imaginar o anticipar el impacto radical del petróleo en el mundo moderno, los planificadores del mañana podrían estar perdiendo una ventana de cambio igualmente importante para ofrecer mejores espacios públicos bajo nuevos tipos de vehículos, energías y organización social de la movilidad. Peor aún, se siguen tomando decisiones anacrónicas y con frecuencia desastrosas bajo la lógica de construir estacionamientos y autopistas de otra época.

Para más información sobre la Bienal, ingresar al sitio oficial.