La movilidad no es solo una cuestión de transporte, sino un tema social; por eso, para innovar debemos observar la sociedad en su conjunto. Instituto para la Ciudad en Movimiento: investigaciones y acciones internacionales, soluciones innovadoras, intercambio de conocimientos.

Frente a la pandemia, seguimos en movimiento

En un momento sin precedentes en la movilidad de las ciudades contemporáneas, cuando las medidas de salud extraordinarias significan restricciones a los desplazamientos y al intercambio de proximidad, seguimos con nuestras investigaciones y proyectos.
Sabemos que es pronto para cualquier reflexión frente a una situación en pleno desarrollo, pero desde ya habrá que estudiar cómo se multiplican nuevas actividades móviles que veníamos observando y que han tenido un catalizador en plena crisis. También la forma en que se agravan vulnerabilidades y desigualdades según la capacidad de acceso a Internet, a las condiciones de los hogares en cuarentena, a la posibilidad de generar ingresos, a la capacidad de respuesta de los gobiernos y las políticas de salud y contención social en general.
La baja presunta de muertes y lesiones debidas a siniestros de tránsito, frente a las se vienen levantando distintas formas de acción pública de derechos; la baja en la generación de emisiones contaminantes y en la calidad del aire son un efecto colateral de las medidas tomadas con otro objetivo. Pero un indicador de que es posible actuar de otra manera si existe una verdadera voluntad colectiva.
También han aparecido frente a la crisis denuncias sobre la densidad urbana como foco de contagio y riesgo sanitario. Sin mayor profundidad científica, se levanta en ciertos medios una mirada acusatoria a un modo de vida que promueve la movilidad basada en el transporte público y en calles densas y caminables, aptas para la bicicleta y otras formas de desplazamiento.
Sin embargo, las ciudades han salido fortalecidas de otras crisis, como lo han demostrado las medidas sanitarias frente a las pestes de cólera y fiebre amarilla en el siglo XIX. Disminuir la vulnerabilidad, mejorar las capacidades de prevención y el alcance equitativo de las coberturas, innovar en formas eficientes e inteligentes de usar los recursos, son algunos de los desafíos en un momento de gran disponibilidad de datos y desconcierto en las formas de actuar.